jueves, 3 de diciembre de 2009

SOY Y SOS PANIAL

ME USASTE Y ME DESCARTASTE COMO UN PANIAL

SOS PERFECTA,
PERFECTA HIJA DE PUTA,
VOS Y TU COMPANIERO,
ESCALADORES Y ESTAFADORES.

Y ENCIMA DIOS TE PREMIO:
CON BELLEZA FISICA,
CON VOCACION Y PROFESION,
CON MARIDO CARINIOSO Y AL PIE,
CON HIJOS BUENOS,
CON TENER MAMA Y PAPA VIVOS A LOS 43 ANIOS.

NO SE PUEDE CREER.

ME USASTE Y ME DESCARTASTE COMO UN PANIAL.
Y AHORA EL PANIAL SOS VOS.
DESCARTABLE.
PISHO Y CAGO Y LO TIRO.
AHORA VOS SOS ESO.
OJO POR OJO.

lunes, 28 de septiembre de 2009

LO QUE ME VA A SALVAR

CAMINATAS

ABSTINENCIA 1-0-3

jueves, 2 de abril de 2009

Siete de febrero

Estoy atentando contra mí misma.
Actuando boludamente, sin inteligencia.
Lo jodo a él y él, ¿De qué se agarra para atacar y defenderse? De los "sábados de almuerzo"!
Boluda-boluda-boluda total!

Vieja de mierda me tenés HARTA.
Ya que otros deseos no se me están cumpliendo, estoy rezando y rogándole a Dios que me "salve" de todo este infierno, dándole un bebé a uno de mis hermanos. Porque además de que mi hermano se lo merece y de que ya "es hora", así se lograría que ella ponga su libido en esta novedad y nos deje de joder a nosotros.
Aunque siempre se las arregla para poder seguir "jodiendo".

ODIO LOS SÁBADOS DE ALMUERZO, ROSH HASHANÁ, PÉSAJ.
ODIO.

Me gustaría ser hija única y huérfana.
Todo sería tan simple.
Porque si hay un problema que yo tengo es éste.

Hoy vi su número en el identificador telefónico.
Eran las ocho y veinte de la mañana.
Taquicardia.
¿Cuál podía ser el tema en cuestión? ¿Alguien se había accidentado? ¿Alguien murió?
No. Adivinaste.
Recién llego de mis vacaciones y ya estoy metida en este infierno. En este "tira y afloje", en estar en el medio. Como este sábado nosotros no podemos ir a su casa por la Copa Davis, entonces hoy miércoles 7, ya tenemos que organizar para el sábado 17! Ya. Tiene que ser ahora. Y yo qué mierda sé ahora si no va a jugar el equipo favorito de mis hijos, por ejemplo? Pero para ella eso no es problema. Ella tiene la solución para todo y además sostiene muy erróneamente, pero MUY erróneamente que mi hijo mayor no es fanático de su equipo favorito y único y que no le molestaría dejar de ir a la cancha o de mirar el partido por TV para ir a almorzar a su casa!?!? ¡Qué poco sabés! ¡Qué poco nos conocés! ¡Qué necia sos!
Boluda-boluda-boluda.
¿Cómo podés afirmar algo tan pero tan errado?
¿Acaso vos creés que yo invento el fanatismo? ¿Creés que es una excusa para no ir a tu puta y fea casa- mi casa natal?
Te odio.
Sos la razón de mi sufrir.
Jodés,jodés y jodés.
Papá nunca me habría presionado tanto.
Él no.
De él heredé estos kilos de mierda de más, pero también heredé el no ser una tipa MOLESTA como vos.
Y te voy a decir algo más.
Esos almuerzos son una mierda, una falsedad, un ruido sin contenido. LA NADA.

domingo, 1 de marzo de 2009

Seis de febrero del siguiente año

Y desde que volví de las vacaciones no hago más que pensar en una sola cosa.
¿Cómo haré para “pilotear” los compromisos sociales?
Se supone que después de treinta y ocho días de ausencia nos tenemos que ver.
Es lo esperable, lo lógico, lo normal, lo que solíamos hacer hasta hace unos años sin tantas vueltas, como si fuera algo natural, que en realidad lo es …
Ya ni sé si deseo o no deseo esos encuentros, porque ya ni siquiera sé qué es lo que realmente siento…
Lo único que tengo en claro es el deseo de morir para huir de todo esto.
Y si bien hice mérito en estos treinta y ocho días para “calmar las aguas” y que el “señor” volviera apaciguado, su “antipatía social” permanece y hasta me da la sensación de que se jacta y de que cree que es admirado por eso, le encanta tener ese poder, se siente más importante…
Nunca entendió mi angustia.
Creerá quizás que se trata de un juego, de un caprichito, algo así como cuando mi suegra le pedía “platita” a su marido para “zapatitos” y él “bicicleteaba” y “bicicleteaba” hasta que finalmente el “macho” accedía a darle lo que en realidad… ERA DE LOS DOS!!!!
Y me la hace difícil y se complica…
Y cuando finalmente accede a algún encuentro familiar y dicho encuentro se concreta, se la pasa mirando el reloj, poniendo cara de culo, y los demás obvio que lo ven y yo quedo en evidencia: mi verguenza, mi sumisión…
Pero para mí NO ES NINGUN JUEGO, esto no es un capricho, ésta es LA RAZÓN DE UN HONDO SUFRIMIENTO que él quizás cree que es fingido o “armado”…
Pero yo no soy su mamá, que histeriqueaba con el marido al “dame”, "no te doy”, “tomá”…
Para mí se trata de un AGOBIO REAL, que se traduce en nudo en la garganta, taquicardia, angustia, que ocupa mi cabeza el cien por cien del tiempo.
¿Podrá entenderlo?
¿Cómo mierda hacer para que me entienda?
Desde que llegué, no hago más que pilotear y pilotear: este sábado justo hay un partido de tenis importante incompatible con un encuentro familiar, este viernes mi hijo menor y ella no se pueden ver por esta misma razón (se pasó para otro día), el día que él le quiere dar una misión a mi hijo mayor coincide también con una propuesta de salida que finalmente logro que se concrete, el horario en el que él decide que se cena dan un programa que todos menos él quieren ver, para el sábado que viene sacará entradas para el Lawn Tennis.
Y pilotear, y sufrir, y la taquicardia…
No me vi con nadie, me hablé por teléfono con pocos, miento, pienso estrategias, y ya, recién llegada de treinta y ocho días de vacaciones, me siento cansada, harta, hastiada y vislumbro que voy a estar todo el año piloteando, viendo cómo hacer con este nuevo capricho de que mi hijo menor debe ir a Terapia, cómo hacer para reemplazar los días viernes que históricamente ella usa para ver a mis hijos por otro día (ya que quizás mi hijo menor tenga Básket y agregaré Ortodoncia para este año), Pésaj, Rosh Hashaná, cumpleaños…
La puta madre que los re mil parió.
Es horrible vivir así.

Veinticuatro de agosto de ese año

La concha de la lora.
La puta madre que los re mil parió.
Estoy harta del tironeo por los “sábados de almuerzo”.
Tu objetivo de que entre hermanos nos veamos es mi peso.
¿Y vos cuándo ves a los tuyos?
Si observás detenidamente, los hermanos una vez que crecen y forman sus familias, se ven muy de vez en cuando.
Buscá ejemplos entre conocidos y familiares y lo vas a poder comprobar.
Pero no, sos caprichosa, sos obsesiva, sos hiper ansiosa…
Y yo ahora otra vez me siento entre la espada y la pared.
Que no sé cuándo carajo juega el equipo de Fútbol del que mis hijos son fanáticos.
Que no sé si él querrá o no ir.
Que justo lo armaste a la tarde, y sabés que él duerme la siesta.
Que justo él cumplió años y van a “joder” con la tortita…
(Y mi corazón va a latir acelerado…).
Que hoy es jueves y ya te tengo que dar una respuesta.
ESTOY HARTA.
Esto se soluciona de una sola manera.
Se atenúa, al menos.
Vos sos la que me llevás a que yo desee eso.

Si fueras más inteligente…
Tus hijos somos tres y a nosotros nos ves.
Tus nietos son cuatros y a ellos los ves.
¿Qué necesidad hay de tenernos a todos a una mesa?
Tu obsesión es tenerlo a él.
Pero él es mío y vos no le interesás.
Ni le interesa ninguno de los demás.
Lo siento.
Buscate otros objetivos, otros intereses.
Dejá de una vez de joderme.
Basta.
Basta.
Basta.

sábado, 28 de febrero de 2009

Doce de julio de ese año

Miedo.
Eso es exactamente lo que siento.
Con él, en una “dulce tranquilidad”.
¡Increíble!
Dios quiera que sea eterno este clima, ya que francamente ayuda a la armonía familiar y me corre a mí de la desesperación y el pavor.
No se vive mal así, hasta es algo lindo por momentos.
¿No podría ser así siempre?
Con mi amiga, la voy “piloteando”…
“Sábados de almuerzo”, bajo control.
Respecto del tema “kilos”, volvió el “detodoatodahora”.
Pero no es eso no que me ocupa ahora.
Es mi hijo menor.
Es mi hijo menor y lo escolar.
Otra vez, pruebas.
¡Ciencias!
¡Malditas materias de mierda!
(Es sabido que a “nosotros” no nos interesan ni los paisajes, ni las plantas ni los animales ni nada relacionado con la naturaleza. No somos buenos en eso, no nos interesa, no nos gusta. ¿Qué carajo me importa cómo se forman los suelos? Ya lo tuve que estudiar en su momento. Ya me había liberado… ¡Caramba!).
Acabo de tener el impulso de escribirle una extensa carta a su maestra en el Cuaderno de Comunicaciones.
Me sucedió minutos antes de que la combi pasara.
Mi hijo ni se percató.
Le hice ver que mi hijo está estudiando “de cero” porque pareciera que todo lo está aprendiendo por primera vez, que le faltan cosas en la carpeta, que hay actividades sin corregir, que los ejercicios que ella eligió para practicar complican más que lo que ayudan…
Es decir, “tiré la pelota”.
Debería sentir alivio por haber descargado, por expresar mis impresiones.
Pero no.
Siento MIEDO.
Estoy inquieta.
¡Y si ante mis “reclamos” la maestra busca solucionar la situación posponiendo la evaluación?
ME MUERO.
Sería lo peor que me podría ocurrir.
Porque yo no veo la hora de que llegue el viernes 14 de julio de 2006 y que mi hijo menor haga esa puta prueba de una vez por todas.
Nomeimportaqueesedíajuanitacumpleañosyademásentraalquirófanoyquizásdesayunoonodesayunoconmamáynomeimportanielininadafrancamente.
Sólo me importa “tachar de la lista” de responsabilidades este gran estorbo.
Y así, “el terreno” quedaría totalmente allanado para comenzar a estudiar Ciencias Sociales.
¡Ay!
Ciencias Sociales.
Se lo encomendé a él
¿Hice mal?
Confiada en esta “dulce tranquilidad” con él, le encomendé que lo prepare en Sociales.
¿Hice mal?
Es que… YO NO DOY MÁS !!!
Quedé fundida.
Si su maestra pospone la prueba y ambas pruebas se juntan, o si la maestra la pospone para después de las vacaciones, lo único que logré fue perjudicar notablemente a mi hijo.
¡Boluda!
¿Y si me cita?
¡Y si yo compruebo con su respuesta escrita o con las calificaciones que se sacarán los demás de que el verdadero problema acá es MI HIJO?
Tengo auténtico miedo.
Me cago en las patas.
Ruego que no posponga la prueba.
¡Por Dios que no lo haga!
No al menos por culpa mía.
Si hasta ese compañerito “butz” que tiene pudo hacer una actividad que mi hijo trajo en blanco!
Lo comprobé ayer llamando a la mamá e “indagando”…
¿Y si mi hijo se enoja conmigo por esta carta que no blanqueé que le envié a su maestra?
Estaría en todo su derecho de sentir mucha furia.
¿Y si se la agarran con mi hijo?
¿Cuál era la solución?
¿Qué debí haber hecho?
En realidad, con esta carta, lo que quise fue “cubrirme”, ya que YO SÉ que mi hijo tiene su carpeta incompleta y con dibujos mal copiados por pura responsabilidad de él, que charla en clase y no presta atención y que por ser “uno de nosotros” no tiene facilidad para este tipo e temas…
En realidad, lo que correspondía era “humillarme” a pedir una carpeta prestada y fotocopiarla o que el mismísimo hijo mío la pidiera.
Así como el amigo de mi hijo mayor se la pidió.
Llamó y la pidió.
La mamá -maestra de las dos escuelas a las que van a mis hijos- le dijo que lo haga y él lo hizo.

Pero yo no soy normal.
Actúo mal y lo peor es que lo sé y no lo puedo evitar.
Dios me ilumine para cambiar.
Dios me ilumine para mejorar y ayudar a mi hijo.Estoy “esquivando” una consulta a un Neurólogo.
Estoy “esquivando” un Psicodiagnóstico.
Estoy “esquivando” una Terapia.
Fuerza.
Debo actuar.
Acción.
Hay que ayudarlo a ese chico.
Lo traje al mundo y ahora hay que ocuparse.
Todavía quedan muchos año de lo escolar.
Por lo menos, tiene que terminar el secundario.
Debo agachar la cabeza.
Debo asumir públicamente que “la cosa no está bien”.
No sólo él me “caga” los almuerzos familiares o encuentros sociales.
También mi hijo lo hace.
Tiene conductas sociales no normales.
La gente no es tonta.
Siempre mostré boletines.
Este año, no.
Ya no se puede mirar para otro lado.
Ya no.
Debo moverme.
……………………………………………………………………….
La maestra me llamó por teléfono.
Tuvimos una amable conversación.
Me garantiza que mi hijo sabe y entiende.
Me dice que está todo OK.
Esto me trae un alivio temporario.
Pero no debo engañarme.
Debo estar alerta.
Anteojos, aparatos dentales, visita a un Neurólogo, entrevista con Psicopedagoga…
No me debe vencer la comodidad.
No debe mirar para otro lado.
¡Vamos!
Sin excusas.
¡Vamos!
Mejor descartar u ocuparse, si es necesario.
Siempre es mejor eso que quedarse con la espina de lo que se tendría o podría haber hecho.

domingo, 22 de febrero de 2009

Diez de julio de ese año.

¿Y esto?
Empiezo a tener sensaciones más que feas de mi amiga en la Argentina.
Me imaginaba que me iba a resultar harto difícil poder soportar sus “demandas” de encuentros una vez que ella pisara suelo argentino.
Sin embargo, la situación se dio en forma totalmente opuesta.
¿Yo soy la que debo rogar por un poquito de su presencia?
¿Qué es esto?
¿Entonces él tenía razón?
¿Todo era falso?
Todos esos mails desesperados en los que relataba cuánto me extrañaba y adoraba…
¡Me los creí!
Me estás evitando.
No soy boluda.
No al menos tanto como vos creés.
No tan boluda como para no darme cuenta de que la guita que nos tendrías que devolver la gastaste en tirártela encima, en este viaje…
Ya no creo nada.
Ya no te creo.
Ya no tengo amigas.
Ni siquiera eso.
Todos me usan y me desechan a su antojo.

Cuatro de julio de ese año.

¿Se puede ser tan pero tan estúpida?
¡Si escribí tantas veces que él y mi hijo menor
no deben estudiar juntos!
Si tantas otras veces llegué a esa misma conclusión
aún sin escribirlo…
Si ya tomé conciencia de eso,
si ya es sabido,
SÍ, YA SE SABE QUE ES ASÍ.
¿Por qué carajo lo intenté otra vez?
¡Boluda!
¡Idiota!
¿Se puede saber en qué pensaba yo cuando le encomendé a él hacer una simple tarea con mi hijo menor?
Justo.
Justo ayer.
Sé que ésta es una semana clave.
¿Qué digo?
¡Un mes clave!
Ella cumple años. ¡Uf!
La mamá de él cumple años. ¡Uf!
Mi sobrino cumple años. ¡Uf!
Mi amiga vino a la Argentina. ¡Triple Uf!
Nuevamente, mi hijo menor tiene pruebas. ¡Ay!
Vuelven con toda la fuerza los almuerzos
tras un período más que tranquilo por el Mundial.
Pero no lo supe valorar.
No disfruté de ese período tranquilo.
Ni dejé disfrutar.
Y ahora, cuanto más “allanado” debería estar el camino, más lo complico.
¡No tengo arreglo!
Francamente, no tengo arreglo.
El infierno volvió.
Cometí el enorme pecado de no leer las peores partes de estos escritos.
Soy nada.
Soy caca.
¿Soy?