lunes, 28 de julio de 2008

Ella sigue jodiendo

La llamé a ella.
No me gustaron para nada las observaciones que hizo respecto del nuevo chofer de la combi de mi hijo menor.
Criticó que trató mal a los chicos.
Tampoco me gustaron las observaciones que hizo respecto de las bolsas que tengo en el comedor. Mi comedor.
Me di cuenta de que estaba convencida (y creo que lo sigue estando) de que yo suelo colocar cartelitos "falsos" en esas bolsas para despistar a mi empleada doméstica, respecto de lo que
contienen cada una de ellas.
¿Podés creer?
No es ni fue nunca así.
Quizás ella hace eso.
Yo no.
¿Me entendés?
Yo no.
Creo que no me presta atención.
Quizás no oye bien.
"Libros para vender" dice uno de los carteles.
Sí, efectivamente. Son libros para vender.
Mi hijo mayor quiere vender libros que ya usó en la escuela.
Todos lo hacen.
¿Y?
¿Cuál vendría a ser el problema de que mi empleada doméstica (que también es la suya en otro turno) se entere?

Tenés las llaves de mi casa.
Entrás y como no hay nadie, "hurgás".
Es detestable.
Sos detestable.
Llegás mucho antes de lo que corresponde que llegues para "establecer territorio" y tener el suficiente tiempo para "descubrir" cosas...
¿Creés que soy tan boluda que te voy a dejar "pistas" a la vista?
Juajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja

Opinás sobre la combi.
¿Quién te preguntó algo?
¿Quién te dio calce?
Después, vas y se lo comentás a mis hermanos, a mis cuñadas...
Lo mismo les hacés a ellos.

¿Sabrán que se dan vuelta y hablas de ellos y opinás?
Dejá de meterte.
Hacé tu vida.
Buscáte objetivos y proyectos al margen de nosotros.
No te creas importante porque tres horas a la semana, y sin que nadie lo necesite y te lo pida, "me cubrís" con mi hijo menor y estás con él.
Dejá de sacarle información.
Conectáte con él auténticamente y no, para obtener "data".
Mi hijo te contó con quién se sienta en la escuela.
No te mencionó el que vos esperabas oír.
¿Y?
Ya te expliqué.
Ese día, ese nene llegó tarde.
¿Qué te quedaste pensando?
¿Sos detective? ¿Del FBI?
El noventa por ciento de loo que inferís es errado.
Te basás en supuestos.
De información " a medias" extraés grandes conclusiones.
Dejá de llevar y traer.
Dejá.
Dejáte de joder.

Preocupaciones.

¿Qué cosas me preocupan hoy-ahora?
La visión de mis dos hijos.
Los "sábados de almuerzo".
Pésaj.
Incomunicación con mis hermanos, cuñadas,
sobrinos, suegra...
Que mi hijo mayor tenga un buen año escolar,
social, deportivo...
Que tenga un peso normal.
No pido que sea delgadísimo y el más lIndo de todos.
Digo: NORMAL.
Que tenga buena salud.
Que mi hijo menor tenga un buen año escolar,
social, deportivo.
Que crezca bien.
Que tenga buena salud.
Poder sostener yo una dieta.
Empezarla y sostenerla.
Mi a veces muy doloroso espolòn.
Concretar el encuentro muchas veces prometido
con algunos familiares y gente cercana.
Que él no se enamore de nadie
y que nadie lo seduzca, lo tiente y se obsesione con él.

Trece de marzo de ese año.

Las aguas están calmas.
Pero...

¿Qué pasará con Pésaj?
Falta todavía, pero...
¿Qué pasará?
¿Mi suegra estará en la lista de invitados de ella?
¿Habrá problemas con la fecha?
¿Él estará bien dispuesto?
¿Jugará el equipo del cual mis hijos son fanáticos justo ese día
o quizás habrá algún otro evento deportivo
que "trabe" el encuentro?
¡Por Dios!
Si tuviera que hacer algún sacrificio para que eso no sea un TORMENTO,
decíme cuál y lo hago.
Dame una señal.
¿Qué debo hacer yo, para que esto no me desnude ante ella, mis hermanos,
mis cuñadas, mis sobrinos...?
Para que todo marche "sobre ruedas" y sea un Pésaj "normal".
No digo "el mejor Pésaj", sólo digo: NORMAL.

Seis de marzo de ese año

Primer día de clases de mi hijo menor.
(Bien!!! No le tocó con la mamá del amigo
de mi hijo mayor, que a su vez es también amiga
de una amiga. Prefiero asi. Maestras "neutras".)
Hoy ya no estoy TAN desesperada, desolada,
angustiada y temerosa.
Es porque al final no hubo problema en que mi
hijo mayor salga con ella.
Es porque él habla con nuestros hijos normalmente, les dirige la palabra.
Y conmigo, parco, pero bien.
Pero acaso, ¿Se puede vivir de acuerdo a las fluctuaciones de emociones
del compañero de una?
¿Si para él el sol sale y es lindo día
debo respirar aliviada y si para él llueve,
debo temer?
No creo para nada que eso sea saludable.
Pero es así.
¿Y MIS emociones?
¿Y MI sentir?

Es importante, mejor dicho, MUY IMPORTANTE
que cuando él está bien, yo aproveche,
no me deje estar, no me duerma en los laureles,
no me relaje, no afloje, no comience a hostigarlo, a burlarme...
Debo aprovechar.
Debo disfrutar aunque deba cocinar, aunque deba vivir en
ese horrible e impresentable departamento,
aunque los chicos estén insoportables y
aunque mi cuerpo sea el último que hubiera elegido tener...
Y por sobre todo, debo recordar bien cómo es cuando no es así.

Sí, debo recordar bien cómo es cuando no es así.
¿Acaso quiero volver a lo anterior?
Eso puede suceder en un segundo y remontarlo después es sumamente agotador,
desgastante y lleva su tiempo.
DEBO SER ASTUTA.
NUNCA DEBO DEJAR DE LEER LAS PEORES PARTES DE ESTOS ESCRITOS.
NUNCA.

Ey! ¿Acaso había respirado un tanto aliviada?
¿Tuve un principio de tranquilidad?
¿Creí que iba a tener un dia normal?
(no digo feliz, digo normal)

¡Me equivoqué!
¡Ilusa de mí!
Mi hijo menor "empañó" todo.
Lo que podía ser un día positivo, normal,
terminó siendo lo opuesto.
Si bien salió de su primer día de clases locuaz
y entusiasmado, ya para la noche estaba fastidioso.
Y entonces, a él le contó poco y nada.
Y la catástrofe empezó con una tarea
maestrashijasdeputayaempiezanajoder
Pero la culpa, en definitiva y para variar, la tengo yo.
Es sabido que no sirve que él e hijo menor hagan las tareas juntos.
DEBO GRABÁRMELO.
EN ADELANTE: DEBO PROCURAR QUE MI HIJO MENOR HAGA
LA TAREA EN AUSENCIA DE ÉL, CUANDO NO ESTÁ, CUANDO DUERME LA SIESTA...
Cueste lo que cueste.
Nunca debo encomendarle a él el rubro "tareas".
Nunca.
Debo acordarme.
Es importante.
Debo ocuparme yo.
Sí, de esto también.

Pero me conozco.
Con el correr de los días voy a aflojar.
No debo aflojar.
Mi hijo menor debe vestirse solo para ir a la escuela.
Mi hijo menor debe hacer las tareas en ausencia de él.

Otra vez lloré.
Otra vez sentí PAVOR.
Otra vez me desesperé.
Otra vez esa taquicardia.

Y a la gente se le ocurrió llamar
por teléfono en ese momento.
Mi tía dejó mensaje; no la atendí.
Le estoy agradecida,
sé que no lo hizo a propósito,
sé que su intención fue la mejor,
pero yo no podía atenderla en
ese momento.
Llamó una de mis cuñadas;
tampoco atendí.

Todo mal.
Todo negro.
Otra vez los deseos de la desaparición
"mágica".
Dios, yo no soy ambiciosa.
Con ser físicamente normal (ni siquiera
atractiva), me conformo.
Con el dinero que entra día a día, me conformo.
Ni un centavo más.
Con la tranquilidad, me conformo.
No aspiro a más.
No aspiro a los placeres del sexo, aunque es algo que todos merecemos.
No aspiro a la alegría o a la felicidad,
aunque cualquier ser humano tiene derecho a eso...
Sólo busco la paz, la estabilidad...
la no-taquicardia,
el no-pavor.

Al día siguiente:
Llamé a mi tía.
Hablamos largo.
Sigo prometiendo invitarla a ella y al resto de la familia.
No puedo cumplir.
Él no me está dando el Ok.

Mi hijo mayor salió con dos amigos.
(Ese otro amigo no podía. El día que salió con ella vio a ese otro
amigo que hoy no pudo venir. Lo vio con otros chicos.
Sé que aunque no lo demuestra, eso a mi hijo mayor le dolió).
Después, sus dos amigos vinieron a casa.
¡Me encanta! ¡Que tenga amigos! ¡Que los invite!

Ese día "debutamos" con mi hijo menor en un nuevo club.
A ese club va mucha gente de la escuela.
Vino él.
Sucedió esto: yo consideraba que no iba a poder
pasar por una de las puertas de acceso a la cancha de Basket,
debido a mi gigantesco tamaño.
Él se acercó y me mostró otra puerta.
Estuvo cortés, agradable, comprensivo, todo bien...
Pero creo que esta "escena" la observó una de las familias de la escuela.
Justo yo, que quiero pasar desapercibida a toda costa.
Pero claro que con este cuerpo enorme es imposible.
Por lo demás, todo Ok.
Con él, todo tranquilo.
Debo ser paciente, astuta, cumplir con las pautas que me
autoimpuse en estos escritos.
¡Por favor! ¡Debo hacerlo!

Por la noche, me acosté a dormir satisfecha,
algo radiante.
Fueron 24 horas sin tormenta.
Me acosté a dormir valorando eso y agradeciéndole a Dios por un día así.
Un día sin sobresaltos.
Más no pido.

Cinco de marzo de ese año (IV)

Me empiezo a preocupar por mañana lunes.
Ella y mi hijo mayor tienen "planes".
Él no lo sabe aún.
Cuando mi hijo mayor regrese de pasar
el día aire libre con mi suegra y su novio
(pobrecito, me parece que fue sin ganas!!!)
tengo que prevenirlo: si quiere salir, tiene que AVISARLE
a él.
Y a él no le va a gustar, me va a gritar, habrá tormenta.
"El horno no está para bollos".
¿Por qué? Por qué todo es TAAAN complicado?
¿Todos los días van a ser así?
¿Cuánto falta, mi Dios, cuánto?

Cinco de marzo de ese año (III)

La mamá de un amigo de mi hijo mayor deja mensaje telefónico.
Yo no escuché ese mensaje,
pero entre él y mi hijo menor me cuentan.
No le devuelvo el llamado, como corresponde.
¿Y si quiere intentar invitarnos otra vez?
¿Cómo hago para "zafar"?
No es fácil mentir y excusarse todo el tiempo
y, sobre todo, porque no es decisión mía no ir,
mentir y excusarme...
Es decisión de él, pero yo siempre debo estar en ese
horrible rol de dar la cara y mentir y excusarme...
¿Cómo va a terminar todo esto?
¿Qué va a ser de mí?
¿Qué va a ser de los chicos?

Cinco de marzo de ese año (II)

Mi hijo mayor va a pasar el día al aire libre con mi suegra y su novio.
Mi hijo menor no quiere y no va.
Es una catástrofe.
Agarro Tehilim y lo toco,
lo leo, lloro, suplico: ¡Que vaya, por favor!!!
Ay, que vaya....
Esto no me da resultado.
Le pido a mi hijo mayor que por favor lo convenza.
(Sé que esto está mal y lo hago igual. Soy una mujer desesperada
y ellos son hijos de una mujer desesperada y aterrada).
No hay caso.
Estoy convencida de que seré "castigada" por esto hoy o algún día.
Temo por lo que me espera.
Esto es cada vez peor.
Vislumbro un futuro horrible.
No doy más.
En serio.

Cinco de marzo de ese año (I)

Domingo.
Ella llama.
Él atiende (habrá creído que quien llamaba era su madre?) y
le dice la verdad, que estoy durmiendo...
Al despertarme, me transmite el mensaje.
La llamo.
Hablamos.
Todo "normal".
Ella habla, habla y habla
hasta que la batería del teléfono inalámbrico
se descarga totalmente.
Igual que ella.
Como siempre.
Y yo cargo, cargo, cargo
y quedo gorda.
Como siempre.